Magdalena Roa se despide en primera persona: «La gestión, en interacción con otros, me ha transformado»

Por Magdalena Roa, ex directora del nivel secundario

Los últimos dos meses han sido movilizantes. A apenas unos días de haberme corrido de la dirección de Ayres me proponen escribir una última nota para Ayres de Info, pero ante tanta emoción resulta difícil ordenar ideas y ponerlas en palabras.

A un proyecto que se imagina y se sueña, se piensa y se repiensa, se pone en marcha y se evalúa, se comparte y se enriquece, y crece, y supera los límites de lo imaginado, y del que fui parte desde un comienzo… elijo soltarlo.

¿Por qué? Es la pregunta más recurrente por estas semanas.

En estos años los estudiantes se desarrollaron y algunos de los que pasaron por Ayres ya tomaron vuelo propio, el equipo de docentes se fue consolidando y el nivel se fue abriendo camino en la ciudad; y yo me seguí formando y creciendo profesional y personalmente. Hoy antepongo ir por otros desafíos. Tengo la seguridad que con todo lo construido el Colegio seguirá adelante con otros liderazgos.

Instalé trabajar en equipo en el nivel secundario y acompañar cada trayectoria; orienté a otros a que lo hagan para poder multiplicar intervenciones; promoví la formación de los docentes y mantuvimos una excelente comunicación con las familias. Estas son algunas de las caracterizaciones que hicieron distintos miembros de la comunidad del Colegio al saber de mi salida.

Pero las que más me han conmovido son las que me describen desde una dimensión más humana: comprometida y hasta apasionada en el andar cotidiano; empática, a pesar del rol que me envestía; con criterio y coherencia he sido referente para muchos; y con un perfil exigente transmití ganas de que cada uno se supere a diario.

No estoy segura de que sea tan así, pero sé que lo intenté, y eso ha sido percibido. Y puedo dar cuenta de que he sido atravesada por este proceso. La gestión, en interacción con tantos otros a quienes acompañé, me ha transformado.

Lo gratificante no es sólo recibir hermosos gestos de cariño, si no saber que he podido trascender en este paso por el Colegio dejando impresa esta impronta en docentes, familias y estudiantes. Me enorgullece como educadora.

Y en contextos revueltos, asumir correr el riesgo de iniciar nuevos caminos cuando el transitado hasta entonces es propio, conocido, cómodo, también es parte de lo que deseo dejar como huella.

¿Por qué? Porque crezco, me supero, me reinvento, y arriesgo.

¡Hasta siempre! Me llevo a todos en el corazón.