Un milagro para Jorgelina

Por Felipe Bravo

Era un sábado a la tarde de mayo cuando Jorgelina estaba practicando unos ejercicios para revertir un mal diagnóstico de un desgarro intercostal, lo que generaba que fuera perdiendo la movilidad.

Sin Embargo, estos ejercicios solo empeoraron la situación hasta que quedó totalmente inmóvil de la cintura hacia abajo. En la angustia, buscó ayuda para ir hacia el sillón que estaba solo a metro y medio de ahí.

Cuando su esposo llego del trabajo, la cargó en brazos para dirigirse al Sanatorio Tandil donde la internaron. A partir de allí, no la atendería un traumatólogo sino un neurólogo, por lo que pasó 7 días internada sin ninguna certeza ni tampoco sabiendo qué le había provocado esta parálisis. 

Finalmente decidieron derivarla a un Hospital en la ciudad de Mar del Plata.

Luego del viaje, estuvo 7 días internada pero el tratamiento no daba resultados. Eso sumado a que, al estar en terapia intensiva, no la dejaban recibir visitas por más de 1 hora al día. Así fue que Diego, su marido decidió ir a una reunión evangélica, donde oraron por su esposa.

Luego de ese día, el tratamiento comenzó a funcionar milagrosamente. Los médicos no sabían qué había ocurrido porque su diagnóstico era desalentador, ya que según la ciencia no volvería a caminar, pero Dios tenía otros planes. Dios quería que ella saliera caminando de ese hospital.

Es el día de hoy que ella lleva una vida normal, viviendo en el amor de Dios, siendo restaurada completamente.