Historias de familia
Por Juan Arteaga
Marcelo Arteaga cuenta una historia de coraje vivida en Malvinas, en la que un suboficial activó una mina y supo manejar la situación.
Eran las 8 de la mañana, Marcelo Arteaga, con 19 años, luego de desayunar un pan y tomar un té, se organizaba con la tarea que se iba a realizar durante el día. Como uno de los quehaceres de rutina, los soldados cargaron el material (minas y herramientas) en 2 camionetas y se dirigieron a la playa de Malvinas.
En dicho lugar debían hacer instalaciones de campo minado. Marcelo concluyó su trabajo, que había consistido en la colocación de aproximadamente 20 minas.
A la hora de irse del lugar, un suboficial se dio cuenta de que se había olvidado su morral que contenía herramientas en el campo minado. Así que se volvió sin tener en cuenta de mirar el mapa que se confecciona cada vez que se hace un campo minado. El suboficial ingresó al campo minado, confiado en que recordaba con exactitud en dónde había sido colocada cada mina.
Foto del suboficial (el de la izquierda) en el hospital ya atendido.
Marcelo y sus compañeros observaron que el suboficial había pisado y activado, involuntariamente una de las minas, lo cual inmovilizó a todos los que allí estaban. Con total calma y dominio de la situación, el suboficial ordenó se avisara al personal médico y sanitario que concurriera al lugar ya que es imposible desactivar una mina una vez que se activa.
Una vez que el personal médico estuvo en el lugar, el suboficial levantó su pie de la mina, perdiendo un pie. De inmediato fue trasladado de urgencia al hospital. Gracias al dominio de la situación por parte del suboficial no se provocaron heridas al resto de soldados que estaban allí.
Marcelo y sus compañeros volvieron a donde se encontraba su compañía, y el suboficial herido fue operado y evacuado al continente.