Por Victoria Solla
El 25 de mayo, día en el cual se conmemora la Revolución de Mayo, los niños de sala de 5 hicieron una producción teatral imitando a un cine. Este proyecto se llevo a cabo dentro de todo el jardín ya que fue una propuesta de las maestras de sala de 5 hacia las seños de las demás salitas. Se propuso armar una “peli” en la cual aparecieran todos, por partes, actuando la vida cotidiana en ese periodo de tiempo.

Cada una de las salas eligió un recorte de la peli (Sala verde eran los pescadores, sala roja los oficios, sala amarilla las comidas y cocina de la época y sala azul los entretenimientos). Se ambientó el salón de usos múltiples y cada niño trajo un detalle correspondiente a su rol. Además, ellos mismos se encargaban del manejo del pequeño cine; cobraban las entradas, acomodaban las sillas, vendían pochoclos y llevaban a los padres a sus respectivos asientos.

Para indagar sobre el tema me dispuse a entrevistar a los “peques” de sala de 5, tratando de reconstruir un poco aquel 25 de Mayo y lo aprendido. Al entrar a la bulliciosa aula, todos me recibieron muy bien, saludándome con sus ojitos interrogadores, preguntándose qué hacia una de las más grandes allí con ellos. Hablando con la seño le conté a que venía y me dispuse a entrevistarla a ella y a los niños. A todos pareció gustarles la idea y contestaban con emoción, levantando la mano y hablando sobre lo que recordaban. Así supe que ellos mismos habían elegido sus roles; de dama, esclava, caballero, niño/a de la época y algunos participantes de las riñas de gallo (Actividad muy popular de la época).

“La propuesta era que conocieran los espacios del cine y los trabajos que se realizan. Ellos jugaron, empezaron a armar las cosas para el cine y les propusimos a las chicas cuando surgió lo del acto: ¿Qué tal armar una película? Por suerte todas nuestras compañeras se engancharon con la idea y había que pensar después el recorte del 25 de mayo. Nos pareció más pertinente, pensando en la diversidad de salas lo que sería la vida cotidiana en la época colonial y así fue como se llamó la película. Cada sala trabajó, a partir de imágenes, videos, textos informativos sobre ese recorte que cada una eligió y se empezó a jugar, con técnicas no convencionales dramáticas”, argumenta la seño Miriam Zuasnabal. Jugaban a ser caballeros, damas, o lo que ellos habían elegido. Y así jugando y junto a todo lo investigado ellos ya sabían que era lo que tenían que hacer sobre el escenario. Se predisponían de otra manera, la actuación dejaba de ser dirigida y pasaba a ser algo más espontáneo, ellos (a pesar de alguna que otra dirección de las seños) jugaban sobre el escenario y se divertían dejando ver todo lo trabajado.