Atravesados por el consumo

Por Magdalena Roa, directora del nivel secundario

El consumo, específicamente el impacto que tiene en el medio ambiente y en la construcción subjetiva, es un tema que me inquieta desde hace tiempo. A riesgo de ser autorreferencial, el análisis sobre el consumo me atraviesa en dos sentidos. Por un lado, el tener registro sobre el impacto ambiental de todos los desechos vinculados a él; por otro, por el impacto social y en la subjetividad, producto de entrar en una búsqueda de satisfacción al consumir que resulta inagotable.

Visitar los glaciares hace un año, y que haya llegado a mis manos por la misma época, a través del regalo de una compañera que sabía de mi interés en estos temas el libro Deseo consumido, de Soledad Vallejos y Evangelina Himitian, despertaron aún más mi preocupación por la cuestión.

Así fui tejiendo, junto al intercambio con otros colegas, la necesidad de trabajar con nuestros estudiantes acerca del impacto social, ambiental y económico del consumo. Hay estudios que demuestran que si no se generan circuitos de producción y consumo no-lineales, no alcanzará el planeta (finito) para abastecer la necesidad de recursos que consumimos sus habitantes, quienes vivimos como si estos fueran ilimitados. A su vez, el consumo impacta en la construcción de la subjetividad pues si bien es relativamente fácil acceder a cosas, mucho más que construir vínculos, igual de fácil resulta desecharlos y encontrar vacío luego.

Así es que decidimos este año incluir este debate en una reunión de equipo para compartir reflexiones al respecto con los docentes del nivel secundario.

Febrero es un mes en el que se convoca a las instituciones educativas a proyectar el año escolar. Los equipos directivos tendemos líneas de trabajo y ejes de acción que enmarcarán la tarea cotidiana.

La función central de la escuela es pedagógica, y los diseños curriculares son los que definen el qué y el cómo de llevarla adelante. En nuestro Colegio, además de tener en cuenta los documentos oficiales, no perdemos de vista la misión institucional y los objetivos que nos hemos propuestos en pos de la formación de nuestros estudiantes, y esto es mucho más que aprender contenidos.

Es así, que además de las Jornadas institucionales propuestas desde la Provincia, generemos espacios formativos, de debate y construcción colectiva, sobre otros temas. En esta oportunidad, el tema fue el consumo. Hay así un cruce entre lo normativo, lo proyectado, y nuestras perspectivas personales – profesionales que se entrelazan para darle forma a la escuela.

En febrero los docentes se reunieron para reflexionar sobre el impacto del consumo en el ámbito económico, ambiental y social

De acuerdo al perfil de nuestro colegio, además de invitar a los estudiantes a debatir sobre problemas globales, ponemos énfasis en interpelarlos a pensar cuál es la responsabilidad de todos y cada uno de nosotros como ciudadanos. Para poder lograrlo, tenemos que como adultos primeramente haber trabajado en ese sentido.

Por ejemplo, a partir de reflexionar sobre un apartado del libro Deseo consumido: “Yo soy el cambio climático”.

Concretamente en la reunión, que preparamos junto a cinco docentes, nos propusimos que cada uno se acercara desde su subjetividad al análisis de estos temas. Debatimos sobre la maternidad como objeto de consumo; sobre los juguetes que tienen los niños versus el tiempo compartido con adultos; sobre la búsqueda inalcanzable de la felicidad cuando esta se entiende por tener cosas, a partir de la visualización de un corto llamado Happiness, de Steve Cutts. Teorizamos con distintos autores que estudian estos fenómenos y tomamos para pensar una referencia del expresidente uruguayo, Pepe Mujica, quien pone el acento en que: “compramos cosas con plata; plata que se consigue con tiempo de vida que gastamos para tener esa plata”.

El tiempo de nuestra vida se gasta, ¿cómo queremos vivirlo? Los recursos del planeta se terminan, ¿cómo pensamos cuidarlos?

Nos propusimos generar propuestas pedagógicas para reflexionar con nuestros estudiantes en algunas asignaturas afines a estas cuestiones y contribuir así a formar ciudadanos críticos, consumidores responsables, a partir de promover la reflexión sobre hábitos personales. Y por qué no también, a poner foco en las experiencias.

Iniciamos el año escolar con la premisa de reflexionar sobre cómo el consumo nos atraviesa. Proponemos que la comunidad escolar pueda hacerlo, por sobre todo poniendo énfasis en acompañar la formación de los chicos en este sentido.

Les dejamos aquí el corto Happiness como una punta para comenzar a pensar en este tema